Un andaluz en Londres, 16.09.08

Acabo de regresar de la capital británica, de un viaje de trabajo (de trabajo placentero) en que he logrado arañar tiempo para asistir a uno de los conciertos de los Proms y a la magna exposición que sobre el emperador Adriano se exhibe en el British Museum. Tenía relativa curiosidad por ver cómo tratarían los ingleses la figura del emperador de origen andaluz –Adriano, nacido en realidad en Roma, era de familia con decidida raigambre bética–, uno de los emperadores más respetados y polifacéticos de la historia latina… y uno de los pocos emperadores, por lo demás, que murió de muerte natural, ajeno a dagas y venenos. La exposición arranca y muere en la literatura: desde las célebres Memorias de Adriano de Yourcenar, cuyo manuscrito se exhibe en una vitrina como un objeto más de culto (reconocimiento que se me antoja absolutamente merecido) hasta los reflexivos versos Animula, vagula, blandula… atribuidos al emperador, flota en todo el montaje un homenaje a las palabras, también a las de los escritores clásicos, que sirven de guía en las diferentes secciones de la exposición comisariada por el conservador Thorsten Opper.
Guerrero. Soñador. Visionario. Son los tres adjetivos con que se sintetiza en la muestra el quehacer y el vivir de Adriano. Y en todos ellos, y en la propia existencia del emperador, sus raíces andaluzas tuvieron un peso decisivo. Así al menos parece entenderlo el comisario, que subraya la ascendencia surhispánica de Trajano, predecesor y padre adoptivo de Adriano, e igualmente las raíces parentales de este último, cuya familia no sólo dotó al Senado con varios miembros, sino que además estos mismos y otros similares comenzaron a conformar una nueva elite senatorial bien distinta a la imperante hasta el momento. Los productos mediterráneos, y en particular el aceite, proporcionaron una vida muelle a los béticos y sobre todo a las familias que dominaban el entorno. Esa molicie permitió, a su vez, la excéntrica vida de Adriano –el primer emperador barbado, dicho sea de paso–, sus viajes y su gusto por lo griego, su tendencia a la literatura, la filosofía, la belleza… en combinación con un imparable cursus honorum y una mano firme en que se aunaron la violencia más implacable y la ternura homosexual más desbordada: los mil rostros de un andaluz inmortal.
Prometo más detalles...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperamos ansiosos esos detalles, Ana. Figura interesantísima la de Adriano.
Y... una vez más nuestro problema nacional. No hace mucho comentaba en algún lugar que si otro país hubiera tenido a personajes como Cabeza de Vaca, Inés Suárez y otros parecidos estaríamos hartos de ver películas de Hollywood sobre ellos y aquí no se les estudia ni en la escuela. Pues lo mismo: ¿hacemos una encuesta en la calle a ver cuántos saben del origen hispano de este emperador?

doctorvitamorte dijo...

Vaya suerte la tuya. ¿Una andaluza en London? El aceite sigue abriendo fronteras. espero más detalles

Anónimo dijo...

Querido Carlos: ¡¡La encuesta no, por favor, que nos tiramos de los pelooooos!!
La exposición es verdaderamente fascinante, respetando ese delicado equilibrio entre lo divulgativo y lo científico. Multitud de objetos deliciosos y sorprendentes, todo ello en un montaje excepcional. Escribiré sobre ello con más detenimiento, en cuanto encuentre un hueco, porque merece la pena. Y si puedes hacer una escapada, no lo pienses :-)
Besos.

***

Querido Doctor: Ya sabes que el aceite se expande que da gusto :-) Y por lo demás, comer sin él es un suplicio. De ello se dieron cuenta los antiguos (además de constituir también un excelente conservante), para beneficio de las familias béticas.
Besos de sur a norte.

Rukaegos dijo...

No sé si podré escapar a tiempo. He seguido la exposición por varios medios y entenderás que esté fascinado por las representaciones de Antínoo. Digamos que libros como las Memorias de Adriano o La coartada de Antínoo (salvando las distancias) han sido parte de mi educación sentimental.

Besucos

Anónimo dijo...

Envidia me das
Besos

Anónimo dijo...

Querido Rukaegos: Precisamente la "sección Antinoo" es fundamental en la expo, y está planteada con gran belleza. Aparte de que hay un peazo escultura del mozalbete de caerse de espaldas...
Si puedes escaparte no te arrepentirás.
Kisses.

***

Querido Escéptico: De eso se trata, precisamente :-)
Besos para compensar.

Morgenrot dijo...

¡ Qué orgullo para nuestras decadentes visiones de la Andalucía actual !.

Aún sueño, como de niña, a remover la batalla de Trafalgar e ir a Londres con una gran bandera española y una especie de escenario con el faro de dicho nombre al fondo, para desquitarme la espina clavada por los de la Pérfida Albión.

Luisa dijo...

Si Adriano era Andalúz es lógico que se muriera de tristeza.
Londres es una ciudad oscura. Estoy segura que se murió de muerte natural.
Juicio clínico: De pena.
Beso.

Luisa dijo...

¿Decadente la Andalucía actual?
¡No sé...En decadencia está el mundo entero!
Simplemente somos diferentes, y las diferencias siempre enriquecen.
Saludos.